Las ciudades llenas de luz
En la actualidad, la contaminación lumínica de las ciudades vuelve imposible contemplar el cielo nocturno con toda su magnificencia. La frustración es grande cuando volteamos hacia arriba y nos damos cuenta que podemos contar las estrellas muy fácilmente, pues somos incapaces de observar más de cien de ellas. Esto se debe a la emanación luminosa de fuentes artificiales, como son los alumbrados exteriores de todas las ciudades, las luces de las casas, los autos, toda esa luz mal direccionada y en intensidades, rangos espectrales y horarios completamente innecesarios y mal programados.
Debido a esto, el cielo nocturno sufre una degradación que no nos permite apreciarlo tal y como lo veríamos si estuviéramos alejados de las ciudades, en una zona completamente oscura. En 2001 se creó la escala de cielo oscuro de Bortle, para mapear la calidad del cielo en cada rincón del mundo y de esta forma ayudar a los astrónomos a conocer los mejores lugares para realizar observaciones astronómicas.
La escala de Bortle tiene nueve niveles o clases de cielos, iniciando en la clase número uno que corresponde a los cielos más oscuros y limpios del planeta, hasta llegar a la clase número nueve que corresponde a los cielos vistos desde el interior de ciudades con niveles máximos de contaminación lumínica.
Son pocos los lugares en el mundo que pueden entrar en la clase 1 de la escala, pero el fotógrafo Bret Webster logro capturar con su cámara, un cielo de primera clase en el desierto de Utah, Estados Unidos. Ahí realizo fotos que parecen sacadas de otro planeta y nos muestran la verdad del universo que nos rodea y el grado de contaminación que hemos provocado. Las estrellas y la proyeccion de uno de los brazos de La Vía Láctea en la esfera celeste, son capturadas por la lente formando un caleidoscopio de colores que muchos de nosotros jamas podremos observar.
Todo el cielo al que estamos acostumbrados, está altamente iluminado incluso en el Zenit (el punto que se encuentra por encima de la cabeza del observador). Muchas de las estrellas que forman las figuras de las constelaciones familiares son invisibles y constelaciones oscuras tales como Cáncer o Piscis no pueden ser vistas. Aparte de tal vez las Pléyades y el cinturon de Orion, la mayoria de las estrellas no son visibles al ojo desnudo.
Comparacion de ciudad y rancheria
Debido a esto, el cielo nocturno sufre una degradación que no nos permite apreciarlo tal y como lo veríamos si estuviéramos alejados de las ciudades, en una zona completamente oscura. En 2001 se creó la escala de cielo oscuro de Bortle, para mapear la calidad del cielo en cada rincón del mundo y de esta forma ayudar a los astrónomos a conocer los mejores lugares para realizar observaciones astronómicas.
La escala de Bortle tiene nueve niveles o clases de cielos, iniciando en la clase número uno que corresponde a los cielos más oscuros y limpios del planeta, hasta llegar a la clase número nueve que corresponde a los cielos vistos desde el interior de ciudades con niveles máximos de contaminación lumínica.
La escala de Bortle
Son pocos los lugares en el mundo que pueden entrar en la clase 1 de la escala, pero el fotógrafo Bret Webster logro capturar con su cámara, un cielo de primera clase en el desierto de Utah, Estados Unidos. Ahí realizo fotos que parecen sacadas de otro planeta y nos muestran la verdad del universo que nos rodea y el grado de contaminación que hemos provocado. Las estrellas y la proyeccion de uno de los brazos de La Vía Láctea en la esfera celeste, son capturadas por la lente formando un caleidoscopio de colores que muchos de nosotros jamas podremos observar.
Todo el cielo al que estamos acostumbrados, está altamente iluminado incluso en el Zenit (el punto que se encuentra por encima de la cabeza del observador). Muchas de las estrellas que forman las figuras de las constelaciones familiares son invisibles y constelaciones oscuras tales como Cáncer o Piscis no pueden ser vistas. Aparte de tal vez las Pléyades y el cinturon de Orion, la mayoria de las estrellas no son visibles al ojo desnudo.
La inmensidad del cosmos, imposible de ver desde la ciudad.
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