El templo blanco de Tailandia

 

El Wat Rong Khun o también llamado “El templo blanco”, es un templo budista construido en el norte de Tailandia y forma parte de las llamadas Siete maravillas orientales.  A diferencia de otros templos milenarios construidos en inusuales lugares, el templo blanco comenzó a levantarse en 1997 y se espera que sea concluido para el año 2070. Dado su grado de complejidad y detalle, cuando esté completamente finalizado en todas sus etapas, será el templo más impresionante y bello del mundo. Según el plan de construcción tendrá nueve edificios, rodeados de lagos y jardines.

 Majestuoso e impresionante

Su diseño único mezcla el estilo clásico y contemporáneo, lo hermoso y elaborado y está poblado de miles de figuras basadas en las creencias religiosas del budismo completamente blancas. Esta hecho de mármol blanco, piedra y metal y algunos de sus decorados interiores tienen acabados en oro. Incluso el decorado de los baños es tan espectacular, que se hacen largas filas de personas que esperan para poder tomar una foto. Cuenta con una sala de reuniones hecha completamente de cristal para simbolizar la pureza y sabiduría de Buda. En su entrada hay un puente bajo el cual se observan cientos de manos salir del suelo, simbolizando a las almas que suplican desde el infierno.

 El paseo de las almas, una vision del inframundo

Baños dorados

El Templo Blanco es la creación del artista tailandés, Chalermchai Khositpipat y su proyecto es un acto de fe en el que ha invertido grandes sumas de su propio dinero para crearlo. Chalermchai quiere hacer del templo una de las mayores obras de arte y quiere que los visitantes de todo el mundo puedan disfrutar la joya que el construyo. Un legado para su querida tierra natal. 

Las almas suplicantes

Al ser una pieza de arte religioso, pero a la vez moderno, tiene algunas curiosidades más en su interior: murales que representan la caída de las Torres Gemelas de Nueva York, escenas surrealistas con naves espaciales y personajes como Spiderman, Superman y Depredador, Neo de Matrix o las naves de Star Wars. Su creador afirma que la idea surgió para atraer a turistas y curiosos hasta el templo, que ahora no solo es un centro de culto si no un lugar de peregrinación para amantes de la ciencia ficción.